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23 may 2012

Campaña en Google AdWords: Caso práctico de lo que nunca debiste hacer


Google AdWords es el programa que utiliza Google para hacer publicidad patrocinada. Son anuncios que se muestran en la parte superior y el lateral derecho en los resultados de la búsqueda del usuario. Además del buscador Google, AdWords también aparece en las webs patrocinadas por AdSense, si el contenido de las mismas se relaciona con el de la web del cliente, esta orientación de anuncios es lo que se llama Red de display de Google.
 
Los anunciantes pagan a Google por cada clic que un usuario realiza en su anuncio. Es el modelo de negocio conocido como Pago por clic (o PPC). El precio de cada clic no es fijo sino que se establece mediante subasta, por tanto depende de la oferta y la demanda: los anunciantes pueden pujar para aparecer en cualquier resultado de búsqueda de Google indicando el coste por clic máximo que están dispuestos a pagar. Cuantos más deseen pujar por aparecer en los mismos resultados, más tendrán que estar dispuestos a pagar para aparecer los primeros. Así, existen desde anunciantes que han pagado 0.03 dólares por clic hasta anunciantes que han pagado 54 dólares por clic. (Fuente Wikipedia)

Caso práctico de lo que nunca se debe hacer en Internet. 
O como no promocionar tu web o tu negocio en Google Adwords. O que cosas debes de revisar antes de hacer una campaña publicitaria en Internet.

Comenzaré con un ejemplo sobre lo que pretendo que entendáis acerca de lo que supone estar en Internet, porque como sabréis, Internet es un escaparate, el mayor del mundo. Imaginad que un día por la calle alguien os da un folleto publicitario sobre un restaurante cuya proposición es:

Un lujo a tu alcance. Disfruta de un menú para dos personas por solo
20 euros en un lugar encantador, a base de marisco de primera.
Los lunes de 13 a 16 horas.

Nos sorprende y agrada el mensaje así que decidimos ir a disfrutar de la promoción que nos hacen. Y vamos. Cuando entramos por la puerta nos damos cuenta de que el local es un poco anticuado, está bastante sucio y el que parece ser el camarero (pues está detrás de la barra), lleva el pelo alborotado, barba descuidada, la camisa abierta sin los 3 botones de la parte superior (emerge una cruz de oro de su peludo pecho) y no para de gritar a alguien de la cocina.

Nuestra acción inmediata, al menos para la mayoría de los mortales, sería darnos la vuelta e irnos a cualquier otro lugar, pues visto lo visto, quizás sea mejor no probar su marisco (si el salón está sucio ¿como estará la cocina?, pensarán muchos).

Esto es lo que os quiero trasmitir. No basta con hacer una campaña publicitaria. Antes, mucho antes, tenemos que analizar si nuestro negocio (o nuestra web) cumple las expectativas que esperan nuestros clientes o posibles clientes. Si nuestro escaparate es el adecuado. En principio, no es necesario ser ningún vidente ni especialista reputado para darnos cuenta de que en este restaurante muchas cosas fallan, empezando por la visión del dueño que vive de espaldas a la realidad.

En un restaurante debe primar la limpieza por encima de todo, seguida de un trato exquisito a la clientela y unas maneras de actuar acordes con esto. Al menos ese es el mensaje que debemos de transmitir a nuestros clientes. Que es un lugar exquisitamente limpio, ordenado, correcto, con buena cocina y un servicio de atención al cliente rápido y correcto. Esta es la base de cualquier negocio de restauración. Si todo esto se cumple, quizás podamos pasar a la segunda fase: realizar una campaña publicitaria.

Realizar una campaña publicitaria requiere invertir dinero y por ello debemos de tener cierta certeza de que servirá para algo. Si el restaurante del ejemplo hubiese sido todo lo contrario a lo que era, la campaña de folletos seguramente le hubiese servido para atraer nueva clientela al local o para llenarlo en los momentos que más vacío está y así rentabilizar ese espacio-tiempo.

En Internet, ocurre lo mismo. Si no disponemos de una web atractiva al usuario, difícilmente podremos conseguir que nos visite o se interese por nosotros. Si además, el apartado donde puedes hacer las reservas no te redirecciona a la página de reservas, algo estamos haciendo mal y debemos corregirlo lo antes posible, porque si no, la inversión publicitaria no tiene sentido y estamos perdiendo dinero.

Eso es lo que pasa en el ejemplo que recojo en las imágenes que pongo a continuación. La web de este restaurante está un poco anticuada (la música creo que sobra), pero lo peor de todo es que el apartado RESERVAS te lleva a otra página que no es de la empresa, con el encabezado “Seguro coche, reservas online, …”.

El impacto publicitario no es el adecuado. Creo que podría rentabilizar mucho mejor su negocio. La palabra “restaurantes en Murcia” ronda los 0,40 euros aproximadamente (va variando). Eso implica que a una media de entre 50-100 clics sobre el anuncio este  restaurante está invirtiendo cada día

0,40 € x 50 clics x 30 días = 600 euros mes/mínimo

¿Y cuantas reservas obtiene? Bueno, eso habría que preguntarlo al dueño, pero me da a mí que son pocas.

En este caso concreto, conozco el restaurante y se que es uno de los mejores de Murcia, pero es una pena que no sepan trasladar ese concepto a Internet.


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