Con la edad se va perdiendo la capacidad memorística, si no se trabaja con ella. Por ello, he creido interesante recoger algunas cuestiones y consejos básicos para mantener y trabajar nuestra memoria.
Como señalan en la web de la Sociedad contra el estrés:
Investigadores determinaron que en el aprendizaje y memorización participan de 10.000 millones a 100.000 millones de células nerviosas del cerebro: las neuronas, entre las que, según cálculos moderados, hay una cantidad de conexiones diez mil veces mayor. De acuerdo con cierta teoría, el aprendizaje tiene lugar cuando las conexiones neuronales, llamadas sinapsis, se robustecen con el uso.
Durante el envejecimiento suele perderse viveza mental y rapidez en las reacciones. Aunque las neuronas no se renuevan, por lo visto se pierden continuamente algunas, por lo que cuanto más se utilice el cerebro, más tiempo se mantendrá ágil el intelecto.
El sitio En Plenitud publicó que la actitud repercute en el cerebro, que funciona mejor, sin importar la edad, si hay optimismo y alegría. Aunque un cierto nivel de tensión también puede ser beneficioso, el estrés excesivo de carácter crónico le resta eficacia. Para descargar la mente de presiones es útil hacer ejercicio físico.
Por alentadores que sean estos datos, lo cierto es que a todos se le olvidan cosas importantes a cualquier edad. Por lo general, una de las cosas que más cuesta recordar es el nombre de las personas "nuevas".
Para recordar nombres propios Los siguientes consejos pudieran facilitar mucha la labor. Interésese en las personas. Para ellas, su nombre es importante. Muchas veces no se recuerda por haberlo escuchado mal en la presentación. Por lo tanto, escuche el nombre con claridad. Si es necesario, pida que se le repitan o deletreen. Empléelo en varias ocasiones durante la conversación. Al despedirse del recién conocido hágalo por su nombre.
Cómo memorizar listas ¿Cómo puede mejorar la capacidad de mejorar la capacidad de recordar una lista de elementos que no guardan relación entre sí? Existe un método muy sencillo: La asociación de ideas. Funciona del siguiente modo: Hay que formarse una imagen mental de cada artículo de la lista y luego asociar la imagen del primero con la del segundo; la del segundo con la del tercero así sucesivamente. Por ejemplo, usted tiene que traer cinco productos del supermercado: Leche, pan, una lamparita, cebolla y helado. Empiece asociando la leche con el pan. Imagínese que vierte leche de un pan. Aunque la representación sea un tanto ridícula, le ayudará a grabar los artículos en la memoria. Trate de que la escena mental en la que derrama la leche tenga acción.
Una vez relacionada la leche con el pan, pase al siguiente objeto: La bombita. Pudiera enlazarla con el pan imaginando que intenta enroscar este en el portalámparas. Para asociar la bombilla con la cebolla visualícese llorando mientras pela una enorme bombilla. Por supuesto, siempre será mejor que haga sus propias asociaciones. ¿Puede relacionar de algún modo los últimos artículos, las cebollas y el helado? Imagínese, por qué no, que come helado de cebolla.
Trate de recordar la lista. Luego ponga a prueba la memoria con una lista inventada, tan larga como le plazca. Tenga presente que para la asociación sea más fácil de recordar, puede ser jocosa, ridícula o exagerada. Procure que la escena sea dinámica y vaya sustituyendo un artículo por otro.
Algunos tal vez objeten que este método consume más tiempo que la simple y llana memorización. Sin embargo, la teoría es bastante más larga que la práctica. Si ensaya varias veces, hará las asociaciones con rapidez tanto su retentiva como su velocidad de rapidez mejorarán mucho más que si no utiliza ningún sistema mnemotécnico. En un experimento, se pidió a 15 personas que recordaran sin emplear método alguno una lista de 15 artículos seleccionados al azar; el promedio fue de 8.5 objetos. Pero cuando el mismo grupo empleó con otra lista la asociación de imágenes, obtuvo una media de 14.3.Por supuesto, si usted se acuerda de llevar una lista escrita de las compras, obtendrá una puntuación de 15, el ciento por ciento.
Cómo recordar lo que lee. En esta era de tanta información, la mayoría necesita ayuda para estudiar con eficacia. El estudio es imprescindible en la escuela y los negocios, así como para la autosuperación y la preparación para la oratoria.
Algunos "trucos":
- Al estudiar, es importante ser organizado. Debe tener a mano los libros y artículos de escritorio, lo que incluye papel. Procure estudiar en un entorno agradable, con pocas distracciones y buena iluminación. Apague la radio y el televisor.
- Programe horas fijas para el estudio. A algunos les rinde más estudiar todos los días un poco que dedicar mucho tiempo de una sentada. Conviene dividir el tiempo en secciones. En vez de estudiar sin interrupción durante dos horas, quizás resulte mejor tener varias secciones de veinticinco a cuarenta minutos con breves intermedios. La investigación revela que de este modo aumenta la retención.
- Decida de antemano qué va a estudiar, pues le facilitará la concentración. Antes de empezar un libro, dé un vistazo al título y al índice o sumarios lea el prólogo o la introducción, que tal vez explique los objetos y criterios del autor.
- Antes de leer el capítulo, hojéelo. Observe los subtítulos, grabados, recuadros y resúmenes, así como el primer párrafo y el último. Lea la primera frase de cada párrafo, pues suele contener el hilo del argumento. Hágase un cuadro general. Pregúntese."¿Qué trata de demostrar el escritor? ¿Qué saco en limpio de esta información? ¿Cuáles son los argumentos principales?".
- Comprender algo no significa que se recordará íntegramente en el futuro. La triste realidad es que al cabo de veinticuatro horas se olvida hasta el 80% de lo aprendido, siquiera temporalmente. Sin embargo, es posible recuperar una buena parte del 80% si se hacen repasos. Al acabar una sesión de estudio, dedique unos minutos a recapitular. Si es posible, haga otro repaso al día siguiente, luego una semana después y, finalmente, al cabo de un mes. Si pone en práctica estos consejos, le será más fácil aprovechar mejor los valiosos períodos de estudio y recordar lo que lea.
10 hábitos indispensables
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