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20 oct 2018

El inesperado adiós de mi amigo José Ángel Clemente


Hoy ha fallecido mi compañero y amigo José Ángel Clemente, a causa de un lamentable accidente, responsable del área de PSEC de la Federación de Enseñanza de CCOO Región de Murcia. Era una persona vital, incansable luchador y defensor de lo público y de lo justo.

Era una persona pasional, jovial y muy trabajadora, además de disponer de una fortaleza física envidiable. Son de las personas de las que me gusta rodearme porque te hacen la vida más fácil y de alguna manera te impregnan por ese halo positivo que irradian. Trabajaba sin descanso día y noche por los suyos, por defenderlos de las injusticias sufridas. Era apreciado por todo el mundo. Su positividad y entusiasmo lo hacía una persona encantadora que todo el mundo apreciaba.

A pesar de conocernos apenas un año y medio, habíamos desarrollado una gran amistad, tallada por el trabajo y los objetivos comunes que nos movían. Y por la sana costumbre que habíamos desarrollado de irnos solos o acompañados con otros a tomar un aperitivo los viernes, después de finalizar la extensa jornada semanal, donde hablábamos de lo personal y de lo humano, de lo cotidiano y de lo extraordinario.

Era, como he dicho, apasionado y lo demostraba a cada paso. Amaba el tiro con arco formando parte de los Arqueros de Mursiya , la cocina, la fotografía, la tecnología, viajar, disfrutar del tiempo libre con amigos y familia. En general, era de los que no le ponen "peros" a nada y todo lo entonan con un espíritu de superación y alegría.

Se va haciendo un último acto de bondad y entrega, donando sus órganos a otros. ¡Que grande!. Es una pena muy grande que, con solo 59 años, se haya ido un gran tipo. Uno de esos que de verdad se echará mucho de menos, sobre todo, yo. 

Descansa en paz, José Ángel. Un fuerte abrazo allá donde estés.

Enlace a un artículo sobre José Ángel:

RECUERDO IMPROVISADO PARA JOSÉ ÁNGEL. 
EL VALOR DE LOS SENTIMIENTOS (de Roberto Barceló)

¡Que no me hable hoy la vida!
que se olvide de mi,
que no quiero saber nada de ella.
Hoy no.
Hoy sólo estoy para llorar,
llorar esta pérdida que no tenia que haber sido,
para llorar desconsolado con sus hijos,
para abrazarlos y decirles que aún sin consuelo,
aún a pesar de todo lo absurdo,
esta dura embestida,
esta inexplicable prueba
de esta inexplicable vida,
tiene aún asi una salida en el tiempo.

Mañana es posible que quiera de nuevo
encontrarme con la vida para reconciliarme.
No lo sé. Pero hoy no estoy para ella.
Que hoy me deje en paz.
Que hoy no tiene cabida en mi.

Hoy es un día  sólo para él.
Para decirle que nada le preocupe.
Que todo saldrá bien.
Que aquí estamos para velar su historia personal.
Para defenderla del olvido,
de ese rápido suceder que es el tiempo.
Para consolar el alma rota de los hijos que amó.
Para velar nuestro desconsuelo.

Que hoy sólo estamos quienes le queremos,
quienes le apreciamos,
para decirle que ya para siempre
con él sosteniendo con la mirada,
la templanza del arco
que ya nunca dejará  de blandir.

Termino ya con unos versos de Bertolt Brecht:
“Hay hombres que luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores. 
Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. 
Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles".

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